Desencadena tu Vida, por Ron Fox – Junio 2017
El año era 1990, justamente había empezado a salir con una hermosa joven llamada Becky. En nuestra cuarta o quinta cita, tuvimos una conversación seria acerca de lo que faltaba en nuestras vidas. Ambos dijimos que nos faltaba un sentido de lo espiritual. Le mencioné que había oido acerca de una iglesia en Huntington Beach con una ministro maravillosa de nombre Peggy Bassett. Decidimos hacerle una visita la siguiente semana.
El servicio fue increíble… el mensaje, la música, todo nos conmovió hasta el fondo. Al salir, recuerdo que miré a Becky y le dije, “No se que pasó allí, pero mi vida cambió hoy.”
Me tomó varias visitas entender que lo que había pasado ese día fue que habíamos encontrado una filosofía que nos devolvía nuestra propia autoridad. Aprendimos que nada de lo que haya sucedido en el pasado tenía poder alguno sobre nosotros, que éramos libres de crear la vida que eligiéramos vivir, y que teníamos un Divino Creador que estaba listo, dispuesto y ciertamente podía ayudarnos a lograrlo.
Eramos libres, y para nosotros no había vuelta atrás.
Hace años oí la historia de un hombre que al caminar por los bosques, ve un edificio alto, circular. Es curioso, así es que entra y ve que está obscuro pero puede distinguir una escalera en espiral y empieza a subir por ella. Pronto se da cuenta de que al tratar de subir al siguiente escalón, cae en el vacío que hay abajo. En otras palabras, no puede regresar.
Cada Día un Nuevo Comienzo
En nuestra vida espiritual, una vez que aprendemos cómo dejar la culpa, la ira y el miedo atrás, ¿por qué tendríamos que volver a nuestra antigua forma de ser? Nuevos horizontes enteros se abren ante nosotros. Salimos de la condición de ser víctimas – donde la vida nos sucede – a ser el centro de poder en nuestra vida donde nosotros somos la causa. El Dr. Ernest Holmes escribió, “Cada día es un comienzo fresco; cada día es un mundo nuevo.” ¡Qué afirmativo! Holmes nos dice que nunca es demasiado tarde para empezar a cambiar nuestra vida. No importa donde estuviste ayer, no importa lo que hiciste, no importa lo que sentiste o lo que creiste, el día de hoy te proporciona un comienzo fresco. Empiezas justo donde estás y desde ahí creces. Siempre que elijas ser diferente, el universo responde con un rotundo, “Sí.”
Eric Butterworth escribió acerca de un hombre que descubre que es más grande que todo lo que le puede pasar. Cosas como el dolor, el infortunio y el sufrimiento están afuera, y él está dentro de la casa. El tiene la llave y está al mando. Esta es tu verdad y mi verdad: Nosotros tenemos la llave y estamos a cargo de crearnos una vida mejor.
Podríamos preguntar, ¿Cómo se ve esa vida que es mejor? ¿Van a desaparecer todas mis lágrimas? ¿Voy a tener éxito en todo lo que haga? ¿Van a reinar en mi vida la paz y la serenidad? Desafortunadamente, la respuesta a todas esas preguntas es simplemente no. El maestro budista Jack Kornfield lo explica en esta forma: “Todos sabemos que después de la luna de miel viene el matrimonio, después de elegir viene el trabajo arduo de la administración. En la vida espiritual es lo mismo, después del éxtasis viene la ropa sucia.“
En otras palabras, lo que la vida nos muestra quizá no cambie, pero nuestras reacciones sí pueden cambiar. Tendremos que ganarnos la vida, nuestras relaciones que sean difíciles quizá no sanen de la noche a la mañana, y las situaciones externas con las que debemos lidiar aún estarán esperándonos. Sin embargo, donde alguna vez pudimos haber mostrado enojo, ahora podemos reaccionar con compasión; donde antes sentimos la necesidad de estar en lo correcto, ahora podríamos sentir el deseo de escuchar con nuestro corazón; mientras que el mundo exterior puede permanecer igual, nuestro mundo interior cambia.
Elije tu Respuesta
Una de las alegrías del crecimiento espiritual es que uno puede aprender a responder en vez de reaccionar. Así es que cuando algo desagradable sucede, en lugar de reaccionar con enojo o miedo, o de decir algo de lo que nos arrepintamos instantáneamente, podemos estar en un espacio de paz y responder desde un lugar más profundo. Podemos elegir cómo responder en vez de reaccionar desde algún dolor antiguo, o en una forma que vimos actuar a los adultos en nuestra vida cuando éramos más jóvenes. Cuando se presentan las dificultades en nuestras vidas, mantenemos el equilibrio y el control. Los tiempos difíciles se vuelven más fáciles de manejar en parte porque sabemos que no avanzamos solos a través de ellos; que siempre existe un Poder más grande a nuestro lado.
Como mi amigo, el finado Reverendo Tom Costa acostumbraba decir, “Sí, aunque camine por el valle de la sombra de la muerte, no tengo que construir un condominio allí.” No digo que escapamos del miedo y la preocupación, pero sabiendo que caminamos con el Poder que ha creado todo lo que existe, esto no es sólo consolador, sino que instila en nosotros una confianza que no importa lo que la vida nos presente, siempre triunfaremos porque vemos más allá de las apariencias – porque vemos las causas. Vemos más allá de lo que se ve en el mundo exterior y sabemos que dondequiera que estemos y cualquier cosa que hagamos, Dios está enmedio de todo. Y esto es poder.
Siente la Divina Presencia
Si te sientes perdido o herido, sabe que no estás solo. Hay una Presencia Divina allí dentro de ti esperando asociarse contigo para hacer de tu vida la magnífica experiencia a la que está destinada. Quizá oigas la voz interna que te llama a ser más, una voz que te implora que te enfoques en el amor, en la compasión para sanar cualquier relación rota, para volverte hacia Dios.
Holmes escribió, “Hacemos bien en escuchar esta voz interna porque nos habla de una vida de alcance maravilloso, de un amor más allá de nuestros más dulces sueños, de una libertad que nuestra alma ansía.” Todo esto puede ser tuyo si decides volverte hacia el Espíritu dentro de ti y dices, “Sí.” No fuimos creados para sufrir. Estamos destinados a prosperar en todas las áreas de la vida.
Joel Goldsmith escribió, “Ninguna cuestión en la vida la determinan las condiciones y cosas externas, sino nuestra conciencia.” El decía que la vida no nos sucede sino que nosotros determinamos los eventos que forman nuestras vidas según lo que pensamos y lo que creemos — así que nuestra conciencia se profundiza, así cambia nuestro mundo exterior. Y como controlamos lo que permitimos en nuestra conciencia, igualmente controlamos nuestra vida. Somos la clave.
Controlar los procesos de nuestro pensamiento no es fácil, pero puede hacerse. Todos conocemos historias de gentes qe estuvieron en las profundidades de la desesperación y cambiaron su forma de pensar, y por lo tanto cambiaron sus vidas. Albert Einstein escribió, “Hay dos formas de vivir tu vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro. Yo creo que el milagro más grande es que fuimos creados como seres espirituales con la libertad de crear la vida que elegimos vivir. Todo lo que hacemos, todo lo que vemos, todos los ruidos que oímos son milagros que el Espíritu creó para que los usemos y los disfrutemos. Cómo los conceptuamos es cosa nuestra. Cuando avanzamos por la vida con un sentido de gratitud y entendimiento de nuestra conexión divina, nos suceden milagros por dondequiera.
Dan Millman escribió, “La fe significa vivir con incertidumbre, ir sintiendo tu rumbo por la vida, dejando que tu corazón te guíe como linterna en la obscuridad.” Habrá tiempos difíciles, conflictos, eso es parte de la condición humana. En un momento u otro todos sentimos el dolor. No obstante, la fe nos puede ayudar a ver una lección en el dolor, la fe nos puede fortalecer contra el dolor, y la pena nos puede ayudar a recordar que todo tiene un propósito.
Deja que Brille tu Linterna
Y, no importa lo que esté pasando, la vida nos muestra que Dios está enmedio de todo, y dondequiera que Dios está también hay paz, amor, sanación y compasión. No importa lo que estemos pasando, la linterna brilla siempre, y nosotros elegimos si la vemos o no.
Mucho de lo que vemos en los medios de comunicación nos dice lo contrario. Con frecuencia se nos describe como débiles, como víctimas de las circunstancias. Pero uno elige que creer. ¿Quieres vivir tu vida sintiéndote débil e inefectivo o como un ser poderoso, lleno del Espíritu? Yo creo que la respuesta es obvia. Así es que, ¿por qué no empezar hoy a profundizar tu conciencia? Toma clases, lee un libro, asiste a un centro – y observa lo que sucede en tu vida.
Finalmente, recuerda estas palabras de Alen Cohen, y anímate: “Tú has sido hipnotizado en la creencia de que eres insuficiente. Los mensajes del mundo te han dicho que no puedes, que no eres, que no serás. En alguna ocasión supiste que sí podías, pero sucumbiste a la idea de que eras menos que divino. No has pecado sino que has cometido ese error que te cuesta tanto. Renunciaste a creer en ti mismo. Viste una sombra, la confundiste con una red y te sentiste atrapado por una mano invisible. Pero no importa qué tan perdido te hayas sentido, no desesperes, tu grandeza se ha mantenido asegurada para ti hasta que la recuerdes.”