¿Por Qué Oramos?, por Swati Singh
¿Por qué oraste hoy? ¿Dinero, trabajo, amor, fama, paz mundial? ¿No sería más fácil mandarle a Dios un correo electrónico enumerando tu lista de deseos? Pero, quien sabe, quizá tal mensaje podría llegar al sección de “correo no deseado.” Quizá un mensaje de texto sería mejor.
Mucha gente debe estar pidiendo a los dioses de sus respectivas religiones que les den un billete de lotería premiado. ¿Cómo crees que los dioses toman una decisión? ¿Por conferencia de mesa redonda? ¿O lo decide una pelea de boxeo entre Ares y Jesús?
¿Desde cuándo empezamos a disfrazar de oraciones nuestros deseos y preferencias?
Seamos honrados. Queremos el lujo en la vida, y Dios es aparentemente un genio que nos concede nuestros deseos. Cuando un líder religioso nos dijo, “pide y recibirás,” lo tomamos en el sentido literal, pues eso parecía más fácil y lucrativo. Después de todo, escarbar más profundamente es más cansado.
Las religiones surgieron para preparar el camino para conectarnos con las energías que nos rodean. La oración parece un acto religioso pero esencialmente es una necesidad espiritual.
¿Qué Hace la Oración?
Psicológicamente, la oración nos asegura que alguien en algún lugar detrás de las cortinas de nubes de algodón en el cielo azul nos está escuchando y hará nuestra vida más fácil. Vertimos nuestro corazón frente al desconocido que escucha sin juzgar. Nos sentimos aligerados, nos sentimos mejor. Mantenemos la fe.
¿Pero esto es solamente psicológico? Por lo general, la gente que ora lo hace en un lugar de adoración o ante un altar en su casa. Miles de gentes visitan los lugares sagrados llenos de devoción, agradecimiento, fe y una fuerte intención de encontrar respuestas en el camino de sus vidas. El ídolo es su punto de enfoque. Todas esas energías individuales se funden para generar un vasto campo de energía. La forma similar a una pirámide de la mayoría de los monumentos sagrados actúa como resonador para atraer energías cósmicas.
Nuestros antepasados eligieron juiciosamente la tierra en que se construyó la mayoría de los santuarios antiguos. La tierra, el suelo de esos lugares lleva energías sagradas. Cuando todos esos campos se unen, se produce un patrón de sincronicidad en ondas. Nuestro flujo interno de energía se armoniza. Es por eso que uno puede sentir una paz sin igual y una dicha inexplicable cuando visita estos lugares. Tus palabras y tus intenciones se vuelven más puras y de mayor magnitud. El universo mueve estas vibraciones.
Similarmente, cuando ofreces tu oración en un altar designado, las energías de ese rincón aumentan a través del tiempo con las intenciones que tú creas, las palabras que cantas y el enfoque de tu mente.
La meditación es la forma más alta de orar. Los santos y los monjes se sientan en silencio a meditar. De esta forma, amasan su energía interna y la energía a su alrededor. Hay un flujo constante. Cuando llegas a ese flujo, la oración es un estado de ser, y no un acto.
La Ciencia Detrás de la Oración
En 2013, Malt Friese y Michaela Wanke condujeron un estudio publicado en el “Journal of Experimental Social Psychology” (“Revista de Psicología Social Experimental”) en el que presentaron evidencia que mostraba cómo y por qué la oración puede aumentar la capacidad de cualquier persona para hacer un esfuerzo mayor.
Estudios adicionales ofrecen evidencia de que las oraciones sanan a la gente, aún cuando no estén enterados de que se está orando por ellos. El Centro Médico de la Universidad de Duke llevó a cabo un estudio y descubrió que en un grupo de 150 pacientes con problemas cardiacos que recibían terapia alternativa después de la cirugía, el subgrupo que también recibió terapia intercesora tuvo el mayor éxito de todo el grupo. Varios de estos estudios efectuados a través de los años ofrecen resultados fascinantes.
¿Por Qué Debes Orar?
El universo te creó y te mandó aquí. Ha establecido un plan para ti que consiste en varios caminos. Habrá momentos en que tú no eliges qué camino se abra para ti. Para viajar por tu camino, necesitas el espíritu de un guerrero y el corazón de un santo.
Pide fortaleza y ten fe en tus capacidades para conquistar toda situación. Pide crecimiento espiritual y verás las señales. Recuerda, el universo habla en símbolos. Tendrás un sueño, o el mensajero de la naturaleza llegará en forma de un pájaro u otro animal. La Naturaleza puede darte señales incluso destellando las mismas palabras una y otra vez. Tienes que mantener los ojos abiertos para todo esto. Una vez que esto se convierte en una práctica, puedes descifrar todos los símbolos. Tu sexto sentido (intuición) crecerá. Así es como vivieron nuestros antepasados, en armonía con la naturaleza.
Virtualmente cada fe incluye una cadena de palabras que se cantan. En el hinduismo les llamamos mantas. Estas mantras están en sincronicidad con el flujo universal de energía. Cantarlas un número específico de veces crea la vibración perfecta porque el universo se mueve matemáticamente. Tú verás el patrón una vez que estés sincronizado. Es interesante, misterioso y hermoso.
¿Hemos Estado Orando Equivocadamente?
No hay ninguna forma incorrecta de orar. Buscar ayuda es una oración de petición. Con reverencia le pides al poder supremo que te ayude en alguna situación. De todas maneras, le estás pidiendo al universo que te muestre al camino.
Tu alma conoce el camino. Lo que buscas es ayuda para conectarte con tu propia alma.
No hay ley para la oración. Al orar, tomamos un poco de tiempo de nuestras caóticas vidas diarias, practicamos la atención plena y nos unimos con el universo. Esta es una ocasión cotidiana.
La mente enfocada junto con una voluntad inquebrantable y la aceptación de lo que viene a continuación crea una oración efectiva. La oración en sí misma es una recompensa. Pero si oras por temor o avaricia, entonces es inútil.
Patanjali, el sabio que escribió el Yoga Sutra, dijo, “Dios es sólo un medio para que podamos orar. Una vez que hayas aprendido a orar, olvida todo lo relacionado con Dios.” De acuerdo con esto, no importa si crees en una entidad llamada Dios o no. La oración es una forma de garantizar que veamos siempre el camino correcto. Necesitamos un lente para que los rayos de nuestra mente puedan enfocarse en un punto. Dios es ese lente. La oración es rendirse en silencio y sentir gratitud por la vida que se nos ha concedido.
La oración es un estado de unidad con todas y cada una de las partículas del universo. Cuando alcanzamos ese estado, el ego desaparece y surge la sabiduría.
Confía en el universo, y a cambio, el universo te da la perspicacia de ver a través de la vida. La oración se convierte en una forma de conectarte con el alma suprema que reside dentro de ti.
Y aunque la importancia de las oraciones puede ser demostrada científicamente, el acto de orar es todavía milagroso para aquellos a los que les encanta ver magia en cada partícula de este universo. Ve la vida de cualquier forma, pero sintonízate con tu interior y comienza tu viaje interno.
Que oremos por comprender la vida en su forma más pura.