Sin Miedo – Desencadenado, por Trish Hall
LA VIDA SIN MIEDO
El poder restrictivo de los grilletes físicos que encadenan las muñecas o los tobillos de un prisionero para evitar que escape palidece en comparación con el poder del miedo, que absorbe la vitalidad de la vida, disminuyendo nuestra capacidad de amar.
Instintivamente, luchamos por librarnos de las poderosas restricciones que nos atan, y aun así tenemos miedo de estar separados. Los humano parecen haber dominado las formas de perpetuar el miedo y de amplificar sus efectos.
Vemos figuras de autoridad usar el miedo para manipular y paralizar grandes segmentos de poblaciones disparando sensaciones de desconexión. Las experiencias comunes que contrastan las diferencias – tales como no ser seleccionado para un trabajo, ser despedido, o rechazado por un amante – destruyen la confianza y contienen mensajes tales como “Tú no estás bien,” “Eres menos que…,” o “No eres parte de este grupo.”
MIEDO
La sensación de estar separado existe en el centro de tantas enfermedades en el mundo porque la interconexión está entrelazada en nuestra identidad. En cierto grado, la mayoría de nosotros nos definimos como reflexiones de lo que somos para otros y lo que creemos que los demás quieren o demandan que seamos – madres, padres, abuelos, hermanos, colegas, compañeros de trabajo, empleados, amigos, vecinos, cónyuges.
Vivimos la vida “sujetos” a la gente y las circunstancias de nuestras vidas. Tenemos tanto miedo a perder las relaciones que nos volvemos “complacientes” y sofocamos nuestra autenticidad de tal forma que podemos no comprender que significa ser auténtico. Nuestra habilidad de expresarnos abiertamente ha quedado tan sometida a otros que en verdad no sabemos quienes somos realmente.
El miedo al rechazo ha impulsado a muchos de nosotros a renunciar a nuestra identidad, a involucrarnos en la codependencia y soportar toda clase de sufrimiento y vergüenza, creyendo que es mejor estar conectado, sin importar en qué condiciones.
EXAMINA TU DIALOGO INTERNO
El hábito de reaccionar al estímulo que produce el miedo es reforzado por nuestro diálogo interno. Somos nuestro manipulador más convincente. Nadie puede hacernos pensar nada sin nuestra aprobación consciente o inconsciente. Nuestra propia duda susurra, ¡Ellos tienen razón!” Y esa misma duda otorga el consentimiento. El diálogo interno se agarra aun de las más pequeñas señales para producir la separación temida tan profundamente.
El miedo opera sobre una plataforma de suposiciones creadas por nuestras propias experiencias y reforzadas por los demás. Firmemente anclados al nivel visceral, inconsciente, nuestros miedos filtran y alteran todas nuestras percepciones – vistas, sonidos, sentimientos – es decir, todo lo que sentimos. Mientras algunos miedos son esenciales para la supervivencia, la mayoría funciona como programa corrompido – programación válida que se vuelve exagerada y da como resultado un funcionamiento distorsionado. El miedo es la raíz de la ira: algo está en peligro – poder, pertenencias, categorías, relaciones, identidad – así es que algo podría perderse.
Debemos recordar que nuestra reacción al miedo no es nada más que hábito, y cualquier hábito puede cambiarse.
Cómo manejamos el miedo es cuestión de elegir. Como dijo Viktor Frankl, “Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder de elegir la respuesta. En nuestra respuesta radica nuestro desarrollo y nuestra libertad.”
IMAGINA UNA VIDA SIN MIEDO
Desencadenado, eres libre de expresar completamente tu singularidad, creatividad e infinitud. Imagina una vida sin miedo, duda, o la vacilación resultante. ¿Has dejado que el miedo apague tu esplendor?
¿Cómo serías si abrazaras totalmente la verdad de tu ser – que eres una individualización del Espíritu? No tendrías nada que temer. Serías irrefrenable. Si sintieras un destello de temor ante la posibilidad de ser ilimitado, sería sólo un recuerdo de qué tan profundamente enraizados pueden estar los hábitos.
Hazte esta pregunta, “Estoy permitiendo que las circunstancias controlen mi vida, o estoy ejerciendo mi poder de controlar mi experiencia de las circunstancias?”
Pregúntate, “Estoy escuchando el caótico estrépito externo, o me estoy nutriendo de la Divinidad que vive en mi?”
Pregúntate, “Estoy reaccionando a mis miedos, o estoy respondiendo con confianza serena usando mi sabiduría interna?”
La guía divina nunca se enseña; se evoca desde nuestro interior. No podemos forzarla o usar la razón para que exista. Simplemente se nos revela cuando nos serenamos lo suficiente para estar quietos y saber.
Cuando fallamos en escuchar nuestro interior y olvidamos que somos individualizaciones del Espíritu que es inseparable del Uno, y del uno al otro, sentimos inestabilidad y fragilidad.
Tendemos a culpar a las circunstancias mundanas por nuestros sentimientos en vez de examinar con valor lo que se ha filtrado en nuestras percepciones – esas creencias que generan nuestros miedos. Cuando recordamos que cada uno de nosotros es una actividad de Dios, nos acordamos que tenemos el poder de cambiar nuestras creencias. Podemos neutralizar el miedo, la angustia y la ira. Parece simple, ¿verdad?
Es ver el miedo bajo una luz diferente.
Expresa tu individualidad, creatividad e infinitud.
TUS OPCIONES
El miedo, el amor y la gratitud son los tres generadores que se encuentran a la raíz de la experiencia. De estos, el miedo es la fuerza más dominante, traicionera, negativa. El miedo está siempre presente. La devastación potencial que el miedo desatado puede crear da validez a esta afirmación, pero pierde totalmente el propósito positivo del miedo. Reconocer el miedo como un sistema de advertencia temprana es una herramienta muy útil. En lugar de darle la fuerza de paralizarnos, necesitamos reconocerlo como mensaje y seguir el consejo de Emma Curtis Hopkins de “huir” de sus efectos negativos potenciales. “Cambia tu pensamiento, cambia tu vida,” y ve el miedo bajo una luz diferente.
El amor es la fuerza sanadora más poderosa. El amor genuino requiere autenticidad y vulnerabilidad, la voluntad de estar presente en el momento sin suposiciones ni proyecciones. Este es un trabajo formidable hacia el cual tendemos la mayoría de nosotros.
Confundido con emociones tales como lujuria y la autosatisfacción, el amor ni exige ni es manipulador. No requiere nada a cambio. El amor simplemente existe. Más bien abre un espacio en el cual la vida puede expresarse y experimentarse completamente.
La gratitud es el impulsor más saludable, vigorizante, amplificador. Nos hace despertar a una miríada de posibilidades y oportunidades de expresar apreciación. Como el amor genuino, la gratitud sincera nunca manipula ni daña. La gratitud abre un canal en el que hay calidez y una invitación a expandirse en la potencialidad pura.
En la gratitud, somos más alertas, apreciativos y vivos. Al contrario de ponernos anteojos de color de rosa, el percibir el mundo a través de los lentes de la gratitud nos invita a “vivir el amor”- abrazando y valorando la interconexión de toda la creación. El amor junto con la gratitud abre nuestros sensores y nos hace percibir más de la vida.
El miedo, el amor y la gratitud pueden causar y/o resolver toda clase de condiciones humanas. Los santos más sabios y los villanos más demoniacos los han usado para manipular a las poblaciones para el bien o el mal. Estas tres fuerzas, cuando se aplican con compasión son los medios para transformar la mayoría de los males del mundo y traer la paz.
DESENCADENA LOS GRILLETES
Desencadenar los grilletes que nos atan al miedo en verdad es un proceso simple, una jornada básica de despertar espiritualmente.
- Nuestro primer paso es volver a identificarnos con lo que ya sabemos: cada uno somos una actividad de Dios y podemos elegir como manifestar esa actividad.
- Nuestro siguiente paso es cambiar la etiqueta del miedo. No es nuestro enemigo a menos que le demos el poder de hacer daño. Cuando vemos las expresiones de miedo como mensajeros, nos hacen enormes revelaciones de cómo experimenta la vida la gente. Estas revelaciones nos proporcionan una guía y oportunidades de usar el amor y la gratitud. Sin esta guía, vamos tropezando, probando esto y aquello.
- Nuestro siguiente paso es estar presentes como amor. Cuando recordamos que somos los medios del Espíritu para expresar amor en el mundo, el poder transformador del amor se desata. Cuando estamos dispuestos a estar presentes con miedo, el nuestro y el de los demás, somos guiados intuitivamente para infundir el poder sanador del amor en formas perfectas que revelan la interconexión de todo y facilitan el surgimiento de relaciones de vida afirmativa interpersonales e internacionales.
- Nuestro paso culminante es usar la gratitud – gratitud por la libertad, por el proceso, por la oportunidad de ser una fuerza transformadora en el universo. Usa y expresa gratitud en todas formas. No importa lo que sea, encuentra algo o alguien para que sea el objeto de tu gratitud. Consérvala viva y potente.
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Traducción: Rev. Martha Topel
Redondo Beach, CA