Celebrando Tu Ser Verdadero, por Kelly Robbins
La época más difícil en mi vida fue cuando estaba en la secundaria – no porque el trabajo de la escuela fuera retador sino porque sentía que no cabía allí. Constantemente decía lo incorrecto. Era tímida. No era divertida, ni lista, ni buena en los deportes. La verdad es que, a pesar de todo lo que me esforzaba, nomás no cabía. Y lo peor era que yo lo sabía. Sabía que era diferente a todos. Y era diferente en el sentido negativo.
Estaba descontenta conmigo misma y sentía que había algo malo en mi. Siempre que veía un grupo de mis compañeros, se apoderaba de mi mente y de mi cuerpo ese sentimiento penoso de “no pertenezco allí” aun antes de que dijera una sola palabra.
Ese sentimiento inmobilizante de no caber y decir o hacer siempre lo incorrecto me siguió por décadas.
Moviéndome de la Separación a la Conexión
Debido a mi inseguridad de hacer o decir lo correcto, observaba lo que hacían los demás y trataba de imitar lo que pensaba que era correcto. Esto continuó sin éxito hasta mi carrera corporativa, lo que hizo que mi avance en un mundo de políticas de oficina e insinceridad fuera una situación de fracaso.
Lo que no sabía entonces era que no importa qué tan bien parecía todo en el exterior, la gente siente la falsedad cuando uno trata de ser alguien que no es. La energía detrás de “esto es lo que se supone que haga yo” es diferente a la energía detrás de “esto es lo que soy y lo que yo creo.”
Todo puede parecer bien, y aún la gente siente cuando algo no encaja. Pueden no saber como articular el por qué, pero no confiarán en uno.
Cuando residimos en la energía de “quien se supone que soy,” estamos buscando afuera nuestra propia autenticidad. Porque creemos que lo que somos no es correcto, nos vemos como separados de todos los demás. Somos inseguros, y buscamos en otros la prueba de que somos valiosos y como debemos seguir adelante.
Afortunadamente, después de años de lucha y autoestima baja, muchos de nosotros empezamos a buscar respuestas internamente, lo cual abre un camino de autodescubrimiento espiritual y la formación gradual de nuestra autoestima espiritual.
Descubrir nuestro propio ser espiritual es una jornada única, pues cada uno hemos tomado senderos diferentes para colocarnos en la situación en que estamos ahora. La buena noticia es que este sendero nos conduce de los sentimientos de separación al reconocimiento de nuestra interconexión entre uno y otro. Al llegar al reconocimiento de que todos somos uno y de que cada uno de nuestros seres individuales es importante, sentimos una conexión en lugar de separación. Sabemos que somos uno con el Espíritu, y hay fuerza en esto. Sentimos que somos especiales y que se nos necesita exactamente como somos. Y la única forma de expresar esto y vivir desde un lugar de amor es ser y vivir como nuestro yo único.
Mientras más abrace uno nuestra singularidad y amemos lo que somos, más prontamente encontraremos nuestra tribu — ese lugar cómodo y asombroso donde desarrollarnos. Para esto, uno tiene que dejar ir lo que no es.
Despójate de lo que No Eres
Cuando fallan todos los intentos de validarnos externamente, nos inclinamos a ver hacia adentro y explorar nuestro ser espiritual. Muchos de nosotros llegamos a este punto en la vida, con frecuencia después de un evento intensamente doloroso o de un punto bajo, donde descubrimos que hemos pasado la vida usando máscaras.
Hemos estado tomando decisiones sobre como se supone qué debemos ser y qué se supone que debemos hacer basados en lo juicios y expectaciones de otras personas en lugar de los nuestros propios. Construir nuestra autoestima espiritual y descubrirnos a nosotros mismos significa eliminar lo que no somos a fin de revelar la verdad de lo que verdaderamente somos.
¿Cuál es tu deber en este viaje de auto exploración? Es construir tu autoestima espiritual para entender la verdad de quien eres realmente; conocer sin lugar a duda que eres valioso, importante y un aspecto muy necesitado de la Divinidad. Conocer esto como tu verdad es imperativo para tu viaje a la vida consciente. Es un aspecto imperativo de tu viaje a vivir como lo que realmente eres.
En este proceso no descubrimos quien somos, eliminamos lo que no somos. En “La Ciencia de la Mente,” el Dr. Ernest Holmes nos dice, “Llegamos a una conciencia de Unidad sólo al grado en que lo que buscamos, lo buscamos y lo reconocemos ya desde esa Unidad misma.” Llegamos a una conciencia de unidad apartando lo que no somos, y no solamente descubriendo sino amando, nuestro verdadero ser.
Logramos a una conciencia de unidad apartando
lo que no somos y no sólo descubriendo sino amando
nuestro verdadero ser.
Confía en Ti
El viaje a la unidad comienza con un solo paso. Debido a que no has estado en este camino antes y no sabes a donde vas, tienes que confiar en ti para saber cual es el siguiente paso hacia adelante. Cuando has vivido tu vida buscando respuestas en el exterior, esta puede ser una forma increíblemente incómoda de actuar y de ser al principio.
Desafortunadamente, no existe una fórmula de “un sólo tamaño para todos” para descubrir tu ser verdadero. Despojarte de tu ser falso sucede paso por paso y es un proceso singular e intensamente personal para cada uno. La meta es aprender a confiar tu siguiente paso y sólo tu siguiente paso porque no conoces el camino entero frente a ti.
Empieza por preguntarte, “¿Es esto yo, o es esto alguien más diciéndome qué hacer? Haz esto a cada paso y aprende a sentir, a intuir tu camino a la verdad.
La autoestima espiritual te da la confianza, el poder, los medios de manifestar tus deseos intencionalmente, usando principios universales. En lugar de observar como viven sus vidas los demás y tratar de imitarlos, descubrimos nuestra forma única y perfecta de crear.
El sendero espiritual es aprender quienes somos, cada uno diferente e individual, y aceptar esa singularidad. Celebrar y hacer honor a nuestra individualidad en lugar de enfocarnos exteriormente en imitar a los demás es la clave para vivir una vida con propósito, con gozo e intención. Es la clave para conocernos y amarnos exactamente como somos.
Mientras que cada uno es una expresión de la Divinidad, todos somos parte de la misma energía divina. Todos somos almas en este planeta creciendo, expandiéndonos y expresándonos. Y qué maravilloso es conocer esta verdad cuando podemos actuar con confianza, ser vistos como quienes somos y celebrar nuestra propia singularidad. Al mismo tiempo, ganamos seguridad en confiar en nosotros mismos. Paso por paso.
Celebra tu Singularidad Divina
Los pensamientos son cosas. Esta verdad radica en el corazón de las enseñanzas de la Ciencia de la Mente. Al dar un paso tras otro y empezar a desechar los confines de vivir con la carga de lo que no eres, es importante hacer tiempo a celebrar tu “Verdadero Ser.” Celebra aún el más pequeño despojo de lo que no eres porque estás revelando tu luz brillante.
La verdad es que todos somos uno, y cada uno es diferente. Tú y yo, y todos los demás somos partes integrantes de esa unidad. A cada uno, en nuestra propia forma única (y quizá peculiar) se nos necesita. Cada uno somos una contribución valiosa a la integridad del universo.
Reconocemos esto sólo cuando somos lo que verdaderamente somos y cuando dejamos de tratar de ser lo que pensamos que se supone que debemos ser. La celebración de tu divinidad única, de tu Verdadero Ser, es imprescindible para vivir una vida consciente y valerosa, llena de amor.
Los pensamientos son cosas. Enfócate en celebrar lo que está funcionando y verás más de eso — más del tú auténtico aparecer en tu vida. Y al continuar más y más el tú auténtico, el mundo podrá experimentar más de ti — algo que anhela desesperadamente.
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Traducción: Rev. Martha Topel
CSL Redondo Beach, CA