Creando prosperidad de la miseria, por Sara Awad – Noviembre 2017

CREANDO PROSPERIDAD DE LA MISERIA – Sara Awad

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Ayudando a los más pobres residentes de Nairobi a vivir una vida MÁS ABUNDANTE.

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Tenemos dentro de nosotros un poder que es más grande que cualquier cosa que podamos contactar en el exterior, un poder que puede superar todos los obstáculos en nuestra vida y dejarnos seguros, satisfechos y en paz, sanos y prósperos, en una nueva luz y en una nueva vida.
– Ernest Holmes

Para la gente que vive en la pobreza extrema, el concepto de un universo abundante e ilimitado puede ser contrario a su experiencia física. Quizá pregunten, “Si esa es la verdad, ¿cómo es que no tenemos acceso a las más básicas necesidades de la vida — tales como agua limpia y lo suficiente para comer?

En Nairobi, Kenya, donde más de dos tercios de la población vive en barrios bajos sin carreteras ni servicios públicos, a menudo con menos de un dólar por día, la gente busca desesperadamente la llave que abra las puertas a una vida mejor.

Esa llave no es fácil de encontrar en medio del caos y la miseria – y los efectos de una creencia colectiva en la carencia no desaparecen de la noche a la mañana. Aprender a pensar de una manera más próspera puede ser un desafío, pero con fe y determinación puede surgir una nueva perspectiva.

La Ciencia Religiosa enseña que la prosperidad es un estado mental, un profundo conocimiento interno de que la abundancia es nuestro derecho de nacimiento y de que no podemos ser privados de nuestro suministro, incluso cuando las condiciones físicas que nos rodean sugieran lo contrario. Sabemos que a nadie le falta nada, pero la falta de conocimiento de quiénes somos y qué tenemos disponible puede crear la apariencia de todo tipo de problemas humanos.

El Camino hacia Africa

La Rev. Connie Phelps tiene la misión de llevar estas enseñanzas que cambian la vida a la gente de Africa. Siete años después de haber fundado el Centro para la Vida Espiritual en Kenia, en esta entrevista reflexiona sobre el viaje y el impacto de su trabajo.

“Todo comenzó con una sesión de sincronización que se llevó a cabo en la Conferencia de Ministros en 2010,” explica, “y una de las preguntas era, ‘¿Cuál va a ser tu siguiente paso?’ Bueno, oí esta voz en mi cabeza que decía, ‘Ve a Africa.’ Mi primera respuesta fue, ‘¿estás bromeando, verdad?”

Más tarde esa noche, en una cena comunitaria, Phelps compartió esa experiencia con un grupo de mujeres que nunca había visto antes. Poco sabía que esta conversación la colocaría en el camino hacia el trabajo más importante de su vida. “‘Tú eres la respuesta a la oración,’ le dijo una de las mujeres con lágrimas en los ojos.”

Esa señora, Barbara Rush, cuyo ministerio era Servicios Globales, acababa de visitar Kenia el año anterior con un grupo de 10 practicantes. “Y así, después de un extenso argumento con Dios, aquí estoy, en Kenia,” refleja Phelps riendo.

Creando un Hogar Espiritual Lejos de mi Hogar

La ex-patriada canadiense vendió su hogar, regaló casi todo lo que no pudo empacar y dejó su puesto de lideresa espiritual en un floreciente Centro en la ciudad de clase media de Kamloops, Colombia Británica.

Ahora enseña con gusto a los residentes de uno de los barrios más pobres de Nairobi. “Cuando llegué aquí primero, pensé, ¿qué diablos he hecho? Cuando miré ese mar de caras de sufrimiento, pensé, ¿qué tengo yo que pudiera ofrecerle a esta gente que hiciera una diferencia en sus vidas?”

Phelps todavía recuerda las palabras que le llegaron en ese momento: “Esta es una enseñanza de la Verdad, y la Verdad es Verdad para todos, no importa quién eres, dónde estás, de qué color eres. Así de simple.”

De este sincero deseo de compartir los mensajes universales de amor, paz, alegría y prosperidad con algunos de los pueblos más vulnerables del mundo, nació el Centro de Kenia para la Vida Espiritual. “Claramente, hay algo Divino que quiere expresarse aquí,” dice ella. “Yo me veo como un canal por el cual esa visión puede continuar desarrollándose.”

Phelps, cuyo ministerio está fuertemente orientado hacia la enseñanza, cree que la mejor forma de ayudar a los demás es mostrarles como ayudarse a sí mismos. “Mi visión es capacitar a maestros a fin de que esas personas puedan aprender en sus propios idiomas, de personas de sus propias comunidades. Hay 46 millones de nativos de Kenia que hablan 43 idiomas diferentes, y yo soy solamente una persona. Esa es una gran cantidad de gente que necesita esta enseñanza, y se van a necesitar muchas manos y corazones y voces para hacer el trabajo.”

Por primera vez este verano, el centro va a ofrecer capacitación de practicantes a un grupo de ocho estudiantes entusiasmados.

Enseñando Prosperidad a la Sombra de la Desesperación

Kenia es una nación en desarrollo y aunque la vida allí está mejorando gradualmente, las sombras de la miseria, la violencia y la separatismo aún influencian la vida diaria de la gente. Enseñar prosperidad presenta un desafío especial en el mundo en desarrollo porque la gente está sufriendo y sus experiencias afectan su forma de pensar. “Sus creencias en la carencia y la limitación están profundamente arraigadas,” explica Phelps. “Vienen desde hace siglos. Debido a su historia, hay un nivel de conciencia colectiva aquí que no existe en el oeste.”

El barrio bajo más grande en Africa está en Nairobi, aunque muchos niños están recibiendo educación y nuevas habilidades.

En la filosofía de la Ciencia de la Mente, creemos que nuestros deseos son cumplidos sin esfuerzo, pero para la gente que vive en la pobreza extrema es un concepto desafiante que hay que aprender a dominar. “La gente está condicionada a creer que deben luchar por todo.”

Para transformar verdaderamente una mentalidad de carencia a una de abundancia se requiere la habilidad de reconocer las creencias limitativas y la voluntad de cambiarlas. Phelps cree que para que la gente viva vidas prósperas deben aprender a pensar en forma diferente. “Las condiciones en que vive la gente son una reflexión del estado interno de ser,” dice. “El miedo a la carencia o a la separación de Dios es la raíz de la pobreza y todo lo que la acompaña.”

Por medio de las clases que enseña, Phelps reta a sus estudiantes a cambiar su creencia básica de “No tengo suficiente” a “Yo siempre tengo suficiente.”

“Se requiere práctica, pero cuando se logra, el cambio es profundo. ¡Estas gentes son manifestantes radicales! Constantemente me sorprendo de ellos y de las cosas que han podido lograr,” dice.

Creando un Mundo que Funciona para Todos

Hay muchas historias de vidas que han sido transformadas por el servicio de Phelps, pero una en lo particular ilustra el impacto que han tenido sus enseñanzas.

La vida en el país en desarrollo de Kenia está mejorando gradualmente. El Centro para la Vida Espiritual allí ha ayudado a expandir una escuela de un salón a ocho con la asistencia de más de 250 estudiantes.

Poco después que Phelps llegó a Kenia, una pareja joven, Geoffrey y Wilkister, se inscribieron en una de sus clases. La conciencia de la prosperidad que ha surgido en ellos desde entonces ha cambiado dramáticamente no sólo sus vidas personales sino también las de esos cientos de niños a quienes enseñan.

Cuando Phelps los conoció, Geoffrey and Wilkister – ambos maestros de un pueblo remoto – habían abierto recientemente una escuela primaria en la barriada de Mukuri kwa Njenga en Nairobi que enseñaba a niños con edades de 3 a 12 años.

“En ese tiempo, la escuela tenía piso de tierra y no había agua corriente,” reflexiona Phelps. “Los niños llegaban vestidos en harapos porque era todo lo que tenían – si siquiera iban a la escuela. Muchos se quedaban en casa porque simplemente estaban demasiado débiles para moverse debido a la falta de nutrición.”

La escuela, a la que desde entonces le cambiaron el nombre a Briton School of Science of Mind (Escuela Briton de Ciencia de la Mente), está ahora patrocinada por el Centro de Kenia para la Vida Espiritual. Este patrocinio le ha permitido a la escuela expandirse de un salón de clases a ocho, tener pisos de cemento y un tanque de agua.

Los niños, que han aumentado ahora a 250, reciben uniformes, agua limpia y alimentos nutritivos. Practican afirmaciones diariamente y toman clases de Ciencia de la Mente para nutrir sus almas.

“Estos niños quieren lo que todos los niños quieren,” dice Phelps. “Quieren ser doctores y enfermeros y pilotos. Quieren vivir su vida felices, libres y exitosos. Por medio de estas enseñanzas, les damos las herramientas para hacer justamente eso.”

Geoffrey y Wilkister, que pronto van a empezar sus estudios de practicantes, han atraído a su vida suficiente prosperidad para permitirles mudarse de los barrios bajos por primera vez. También han comprado un terreno en su propio pueblo natal donde están plantando caña de azúcar y fincando una hermosa casa. Su meta es convertirse en ministros y abrir su centro allí.

Para mayor información sobre como ayudar al Kenya Centre for Spiritual Living y a la Briton School of Science of Mind, use la dirección CSLKenya.org.

 


2020-11-24T12:41:48+00:00

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