“Espiritualidad, Bienestar Y Las Redes En Tu Cerebro”, por Mark Waldman – Junio, 2020

“Espiritualidad, Bienestar Y Las Redes En Tu Cerebro”, por Mark Waldman

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Durante la escuela secundaria y la universidad – en realidad, por la mitad de mi vida – me vi consumido por preguntas existenciales: ¿Quién soy? ¿Cuál es el propósito de mi vida? ¿Qué debería estar haciendo, y qué quiero hacer realmente? Y luego había una preocupación más práctica: ¿Por qué me siento tan ansioso en situaciones sociales? Yo no sabía que mucha gente estaba batallando con preguntas similares, así es que supuse que había algo malo en mi. Leí libros de autoayuda, asistí a conferencias de gurús y chamanes, y probé un sinfín de talleres y terapias experimentales. Todos ellos ofrecían diferentes métodos para la felicidad, el éxito, la dicha pero ninguno me convenció. ¿A quién debía creer y qué debía creer? Nunca se me ocurrió confiar en mi propia intuición y creatividad.

Un día, cuando tenía 30 años de edad, tuve una experiencia mística, espontánea donde todas mis nociones acerca de la religión y la filosofía se derrumbaron, y todo lo que quedó fue el momento presente: sin preocupaciones o creencias o cielo o infierno o dios – sólo una experiencia maravillosa de conexión y paz. “Oh,” me dije a mi mismo, “esto es de lo que todos esos textos orientales estaban hablando!” No duró más de un minuto o dos pero cambió permanentemente la dirección de mi vida. La preocupación se volvió curiosidad, la curiosidad se volvió pasión, y esa pasión me condujo a leer cientos de libros acerca de convertir las prácticas espirituales en herramientas psicoterapéuticas. Me convertí en un buscador de la verdad, y la neurociencia se volvió mi guía; trabajaba con Andy Newberg mirando los cerebros de monjas, budistas, sufis, chamanes, ateos, y pentecostales.

Durante la década pasada, el Dr. Newberg y yo hemos compartido contigo en esta revista nuestros secretos neurológicos de la felicidad y el éxito, y cómo las prácticas espirituales pueden mejorar el funcionamiento neurológico. En el proceso, hemos desafiado muchas creencias que tiene la gente acerca de la conciencia humana, la realidad y el cerebro. Pero la neurociencia — como desarrollo espiritual — está en constante proceso de evolución. Recientemente ha surgido un nuevo “lenguaje” llamado Teoría de las Redes Cerebrales. Esta utiliza la nueva tecnología de la exploración (escaneo) cerebral para trazar mapas de las formas en que áreas diferentes interactúan con otras. Por ejemplo, en la imagen a la derecha, las fibras son los axones de las neuronas que se conectan a diferentes estructuras, y cada color representa una función cerebral diferente (las áreas amarillas controlan nuestra imaginación y creatividad las cuales en esta foto son altamente activas.

La Teoría de las Redes Cerebrales hace más fácil la explicación de cómo funciona el cerebro y cómo podemos manipular las diferentes estructuras y funciones de nuestros pensamientos, comportamientos y creencias. Podemos ver donde ocurren nuestras preocupaciones y miedos y cómo interfieren con nuestra habilidad de lograr los objetivos deseados. La exploración también proporciona evidencia nueva que muestra por qué las formas contemplativas de la meditación mejoran el funcionamiento general de nuestro cerebro. En verdad, la conciencia es el nuevo secreto para la felicidad y el éxito porque estimula estructuras específicas que ayudan a equilibrar e integrar muchas redes clave en el cerebro esenciales para mantener la salud psicológica óptima.

Las Redes Cerebrales Influenciadas por las Prácticas Espirituales

Esta investigación identificó más de 200 redes cerebrales, incluyendo la Red Neuronal por Defecto (Default Mode), la Red Ejecutiva y la Red de Saliencia (Prominencia). Permíteme hacer un resumen y llevarte por las que son más fácilmente influenciadas por las prácticas espirituales contemplativas, y a la vez por algunos descubrimientos sorprendentes que desafían muchas creencias acerca de la naturaleza de la conciencia humana.

Por ejemplo, se sabe que nuestro cerebro es gobernado principalmente por las experiencias emocionales, en especial por aquellas identificadas por el brillante neurocientífico Jaak Panksepp, famoso por el descubrimiento de que los ratones rien cuando se les hacen cosquillas. Esas emociones son miedo, rabia, lujuria, duelo, cuidado y otras dos emociones importantes que los psicólogos pasan por alto, la alegría y nuestra curiosidad innata por buscar experiencias nuevas y potencialmente gratificantes.

Estas emociones instintivas — si son lo suficientemente fuertes — estimulan la Red de la Motivación (grandemente controlada por el núcleo accumbens) para liberar la dopamina neuroquímica que impulsa al resto del cerebro a actuar, ya sea para escapar de experiencias dolorosas o para buscar experiencias placenteras y objetivos potencialmente gratificantes. Como un niño impulsivo o un adulto adicto, busca la gratificación inmediata.

A medida que la dopamina se mueve hacia las regiones superiores de tu corteza cerebral, estimula la Red Ejecutiva (a veces llamada la red de la atención frontoparietal), lo que te hace más consciente de la experiencia emocional que acabas de tener. Tu corteza cerebral dorsolateral prefrontal — una pequeña área justo por encima y detrás de los ojos — empieza a sacar recuerdos para ayudarte a pensar en diferentes estrategias para lograr más placer y averiguar cómo superar los obstáculos que se interponen en el camino de tu meta y tu recompensa anticipada.

Tu Red del Pensamiento, como prefiero llamarla, te ayuda a desarrollar disciplina y habilidades para satisfacer lentamente esos deseos instintivos emocionales a la vez que evita las trampas de la impulsividad. Y es tu Red del Pensamiento la responsable de crear tus creencias — positivas o negativas — acerca de ti mismo, de otras personas y de la realidad. Estas creencias, si se creen valiosas, constituyen la base de tu religión personal. Se anclan en tus hábitos y comportamientos inconscientes. Al resto de tu cerebro no le importa si son verdaderas o falsas; sólo le interesa la utilidad de estas creencias, y constituyen la mayoría de las redes de memoria que se encuentran en otras áreas del cerebro.

Pero ¿qué pasa cuando tu Red del Pensamiento encuentra a un obstáculo que no había tenido antes? Si no se puede encontrar una solución en los millones de recuerdos y comportamientos almacenados, tu conciencia se apaga brevemente, y otra red única se enciende, una que ha estado allí desde el momento en que naciste. Le hemos llamado “estado de reposo” porque esto es lo que les pedimos en nuestros sujetos de meditación que hicieran para que pudiéramos tener una exploración (escaneo) de referencia antes de que participaran activamente en su práctica espiritual.

Activa tu Red de la Imaginación

Es sorprendente que cuando alejas tu atención de una tarea específica y no haces nada, una gran parte de tu cerebro superior se vuelve sumamente activa (la amarilla brillante en la foto en esta página). Un investigador lo etiquetó como Red de Modo Predeterminado (Default), pero Martin Seligman, pionero de la psicología positiva, lo llama Red de la Imaginación porque eso es lo que está pasando cuando estás descansando o tratando de resolver un problema difícil: Todo tipo de pensamientos parciales y sentimientos— positivos y negativos — están revoloteando en un esfuerzo por predecir un resultado futuro, y el proceso continúa de 10 a 30 veces más rápido de lo que la Red del Pensamiento puede concentrarse conscientemente. Los niños pequeños tienen una Red de Imaginación activa con héroes y villanos, pesadillas y fantasías felices, Einsteins y Frankensteins, pero su Red del Pensamiento es débil para ayudarlos a convertir sus sueños en realidad, un proceso que toma décadas para desarrollarse.

Los adultos tienen la misma Red de Imaginación que los niños. Parece ser la red más grande en el cerebro, pero en gran medida no nos damos cuenta que la mitad está constantemente prediciendo resultados negativos mientras que la otra mitad está generando resultados positivos simultáneamente. Esencialmente todos tenemos un optimista y un pesimista en el cerebro para ayudarnos a tomar decisiones sabias y evitar las decisiones erróneas.

No obstante, si nos perdemos en esa incertidumbre interminable de “tal vez o tal vez no,” llegamos a lo que se define clínicamente como ansiedad o aplazamiento. Quédate allí el tiempo suficiente y se paralizará el funcionamiento de las otras redes en tu cerebro, lo cual eventualmente lleva a la fatiga y a la depresión. Pero si te recuerdas que tus preocupaciones y dudas son puramente imaginarias, podrás observar más fácilmente esa parte de tu cerebro que reúne formas creativas para resolver tus problemas.

Tu Red de la Imaginación es el mejor lugar al cual recurrir cuando estás atrapado, pero ¿cómo se logra el acceso a este proceso mayormente inconsciente? Una pista radica en este importante descubrimiento: cuando tu Red del Pensamiento se enciende, tu Red de la Imaginación se apaga y puedes entrenarte a ti mismo a cambiar conscientemente de la una a la otra. Idealmente, tu cerebro necesita pasar el 50% del tiempo en ese estado de ensueño, mente errante y 50% del tiempo enfocándote con mucha atención en tareas que te ayuden a alcanzar tus objetivos. Pero si pasas mucho tiempo pensando, vas a agotar los neuroquímicos necesarios para concentrarte. Eso se llama agotamiento, y puede requerir meses o años para recuperarse.

Cuando estás atrapado, tu Red de la Imaginación es
el mejor lugar al cual recurrir. Puedes entrenarte
conscientemente a cambiar de tu Red del Pensamiento
a la de la Imaginación.

Recurre a tu Red de la Saliencia (Prominencia)

Hay una solución simple que involucra lo que los investigadores llaman la Red de la Saliencia (Prominencia), que contiene la ínsula y el cíngulo anterior – estructuras clave que ayudan a integrar las percepciones, emociones y experiencias interpersonales. Desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio óptimo entre tus Redes del Pensamiento, la Imaginación, la Motivación y las Emociones.

La Red de la Saliencia (Prominencia) genera empatía, bondad, perdón y amor propio. También es la última área en desarrollarse que entra completamente en línea en la tercera y cuarta década de la vida. Cuando la Red de la Prominencia funciona mal, la vida pierde significado, propósito y valor. Pero hay una gran noticia: La meditación de atención plena estimula la Red de la Prominencia y atrasa los procesos de la preocupación/distracción en la Red de la Imaginación lo cual te permite concentrarte fácilmente en lo que es importante. Nuestra investigación en la neurociencia muestra que cuando entras conscientemente al estado de “Conciencia Plena Reposada” puedes recurrir directamente a tu intuición (las neuronas “von Economo” que te permiten el acceso a tu sabiduría interna o tu yo superior) para obtener ideas y soluciones creativas para resolver algún problema. Cuando lo haces sólo por unos momentos una o dos veces por hora durante el día equilibras e integras tus Redes del Pensamiento, Imaginación, Motivación, Emoción y Saliencia. Estos son los “MOMENTOS” en tu cerebro que puedes influenciar con la meditación contemplativa u oración.

Practica el cambio entre estas redes – con toda conciencia – porque esto podría impulsarte más rápido por ese largo y misterioso camino hacia la iluminación.

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Rev. Martha Topel
CSL – Redondo Beach, CA

 


2020-11-24T11:43:43+00:00
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